Matancera entre pacientes timorenses

Publicado: 19 febrero, 2014 en amor, Colaboradores médicos, Cuba, Timor-Leste
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Luisa Lázara Vera enfermera cubana en Timor Leste

Luisa Lázara Vera enfermera cubana en Timor Leste

En el pediátrico Eliseo Noel Camaño casi todos la conocen, debe ser por los cerca de 35 años que lleva como enfermera. Cuenta Carlota Fundora, una de sus compañeras en el hospital que Toty, como cariñosamente le llaman, siempre ha sido muy sociable y que enfrenta los problemas con optimismo.

Hoy esta experimentada especialista cubana brinda sus servicios en la hermana República Democrática de Timor-Leste, país del sudeste asiático, con apenas 24 mil kilómetros cuadrados de extensión.

Luisa Lázara Vera enfermera cubana en Timor Leste

Luisa Lázara Vera enfermera cubana en Timor Leste

Allí Luisa Lázara Vera Sabido enfrenta las dificultades propias de un pueblecito rural, apenas sin electricidad, dentro de personas muy pobres, con bajo nivel cultural, multiplicidad de lenguas y cierto recelo hacia otras culturas.

Las vicisitudes la hacen responder pocas preguntas y de un tirón a través del correo electrónico. Cuenta que no es la primera vez que está lejos de los que ama pues también estuvo en Etiopía.

“Extraño mucho mi país, mi hijo y mi esposo, pero de Etiopía, en guerra, traje mi medalla y de acá no pienso irme sin ella. El trabajo es duro, paso todo el día ocupada.

Luisa Lázara Vera enfermera cubana en Timor Leste

Luisa Lázara Vera enfermera cubana en Timor Leste

“Primero imparto clases de procederes de enfermería a los alumnos de medicina, pues la misión cubana tiene la responsabilidad de graduar a mil médicos; luego entro al salón de operaciones como instrumentista.

“El pueblo es muy sufrido, tuvieron que luchar bien duro por su libertad, ahora es libre. Su cultura resulta compleja, están siendo alfabetizados.

“Debido a sus costumbres y por lo sangriento de la guerra se comportan con recelo y hasta con temor. Por ello los tratamos con dulzura y amor, para que confíen, porque lo que queremos es ayudarlos y no cambiar sus costumbres.

Además del “gorrión”, eso que los cubanos sentimos lejos del terruño, Toty se enfrenta a las problemática del idioma. Portugués, inglés y varios dialectos se entremezclan para alcanzar la comprensión de una población carente, a veces, hasta de agua potable.

Cuenta Luisa que las condiciones son muy diferentes de las de su Cuba, “aquí las mujeres tienen entre siete u ocho hijos, pues la guerra diezmó la población, hoy en día de solo un millón de personas”.

Cuba y Timor-Leste establecieron relaciones diplomáticas el 20 de mayo del 2002, el mismo día en que se restauró oficialmente la independencia de ese país.

Recientemente Kay Rala Xanana Gusmão, primer ministro y titular de Defensa y Seguridad de esa nación, consideró a Cuba ejemplo de solidaridad y humanismo para el mundo, no solo por paradigmas como el de Luisa Lázara, sino también porque en nuestro suelo se forman más de 200 jóvenes timorenses como especialistas de salud.

Ella cuenta los días para disfrutar de unas vacaciones junto a sus familiares y amigos. Mas, a pesar de los achaques propios de un almanaque que no se detiene, seguirá ayudando a las personas pobres que lo necesiten, como muestra de la solidaridad que caracteriza a esta Isla del Caribe.

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